El pastor y la anciana ante el tribunal de Cristo

Quiero compartirles una breve reflexión: El pastor y la anciana ante el tribunal de Cristo. Aquí aprenderemos qué tan importante es la oración en la vida del creyente.

Se habla de una gigante iglesia donde asistían miles de personas, cientos de ellas no faltaban en los servicios.

Tal era el caso de una anciana que nunca faltaba en cada una de las actividades de la iglesia, así mismo, amaba sincera y profundamente a Dios.

El pastor, un gran hombre de Dios en aquel lugar, también contaba con el apoyo de un destacado ministro de alabanza.

El crecimiento de la iglesia, ciertamente, cada vez era sorprendente y la presencia de Dios en cada culto era evidente.

De esta forma, pasaron los años y murió la anciana, luego el pastor, y después de un tiempo, fallece también el ministro de alabanza.

Ante el Tribunal de Cristo

Llegó el momento en el que debían presentarse ante el tribunal de Cristo para ser recompensados.

Primero se presenta el pastor y recibe su galardón pensando que como era el líder de la iglesia, merecía una mejor corona y una mejor compensación.

De igual manera, llegó el turno para el ministro de alabanza, pero también fue recompensado de la misma manera que el pastor.

Ahora el turno era para la anciana, y tan grande fue el galardón recibido, que superaba a la del pastor y el ministro de alabanza juntos.

El pastor que observaba con cuidado lo que pasaba, y un poco confundido, se dirige a Cristo, y le dice:

Señor, es posible que haya una equivocación, yo era el pastor de la iglesia, enseñaba tu palabra, las personas venían a ti y sus vidas eran transformadas.

Ella solamente se congregaba, dijo él, a lo mejor, lo que le diste a ella… era para mi.

El ministro de alabanza se suma a la conversación mientras interrumpe, y dice: Señor, yo no era el pastor pero tocaba los instrumentos y la gente lloraba en medio de la adoración y la alabanza, igualmente, levantaban sus manos y suplicaban misericordia para ellos y sus familias. Yo creo que…..bueno…..merezco la mejor de las recompensas.

En ese instante, unos a otros se miraban en medio de un silencio total…..

Finalmente, apuntando con el dedo indice a la anciana y mirando al pastor y al ministro de alabanza, el Señor contesta:

Es verdad que no predicaba, tampoco tocaba los instrumentos, pero ella ha hecho más que ustedes dos juntos.

No dedicaban el tiempo suficiente a la oración, además, siempre estaban ocupados, y mientras dormían, ella clamaba día y noche con lágrimas, agonía, y súplicas para que sus ministerios fueran bendecidos en gran manera.

Por esa razón, todas las cosas buenas en la iglesia, y lo que vieron en sus vidas, era por las oraciones de ella.

Mis palabras son fieles y verdaderas, doy a cada uno justamente lo que merece.

El Creyente y la Oración

La oración es una de la cosas que más descuidamos, y por esa razón, somos vulnerables ante un enemigo que siempre está acechando nuestra vida sin descanso alguno. La Biblia dice:

Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. (Santiago 5:16 RVR1960)

Moisés, un hombre grandemente usado por Dios, y sin duda alguna, no era ajeno a la oración.

Así mismo, Elías hizo que no lloviera durante tres años y seis meses, era un hombre que oraba fervientemente (Santiago 5:17).

Ahora, ¿qué más podemos decir? Daniel y sus amigos recibían amenazas continuamente, siendo así, la oración era su mejor arma para neutralizar los peligros y avergonzar a sus adversarios.

También Jesús obraba milagros extraordinarios, y de igual forma, cada día la oración ocupaba gran parte de su tiempo.

Cristo nos ha dado ejemplo en la oración, igualmente, la Biblia brinda muchas indicaciones sobre su importancia.

 ¡Espero te sea de bendición!

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