¿Es el Espíritu Santo una persona?

Uno de los temas que más me gusta escuchar, leer y estudiar tiene que ver precisamente con el Espíritu Santo. Tenemos claro, por la Biblia, que se trata de una persona y no algo impersonal.

La Palabra de Dios contiene abundantes detalles que confirman la personalidad del Espíritu Santo. Sin embargo, existen algunos que creen y lo mencionan como si fuera alguna fuerza, idea o cosa.

De hecho, han mal interpretado y enseñado de manera errónea la doctrina del Espíritu Santo, ignorando por completo las profundas verdades que las Escrituras declaran al respecto.

La persona del Espíritu Santo

En primer lugar, examinar la Biblia nos permitirá un mejor conocimiento acerca de él. Sin duda, comprenderemos que se trata de una persona.

En segundo lugar, hay innumerables pasajes donde la Palabra de Dios usa el pronombre «él» como cuando hacemos referencia a una persona.

El Espíritu Santo como «él»

Miremos, por ejemplo, algunos textos donde se habla del Espíritu Santo como «él»:

«Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.» (Juan 15:26 RVR60).

Fíjate bien, «él dará testimonio acerca de mí«, dice «él» y no «eso». ¿Cómo una fuerza o cosa dará testimonio de Jesús?

Además, es el Consolador, una persona, no un aparato que consuela.

«Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.» (Juan 16:8).

¿Quién convencerá al mundo? Él, una persona, el Espíritu Santo.

Miremos en Juan 16:13:

«Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.»

Me gustan las palabras que menciona el texto bíblico: «él os guiará, no hablará por su propia cuenta, hablará todo lo que oyere, os hará saber las cosas«. Claramente, el Espíritu Santo es una persona; habla, guía, etc. No se trata de algo.

En 1 Corintios 12:11 el apóstol Pablo lo menciona como una persona que tiene voluntad, y hablando de los dones espirituales, dice: «Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.» 

El Espíritu Santo habla

El Espíritu Santo habla y da órdenes, otro detalle más de su personalidad:

«Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.» (Hechos 8:29).

Luego tenemos otro texto más, cuando los hombres de Cornelio buscan a Pedro: «Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.» (Hechos 10:19-20).

Continuamos en Hechos 13:2: «Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.»

En los textos bíblicos arriba, ¿Quién habló y dio instrucciones? ¡El Espíritu Santo!

Así mismo, Jesús dice a sus discípulos que serían llevados ante gobernadores y reyes y no debían preocuparse por lo qué hablar…«Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.»  (Mateo 10:20).

«El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.» (Apocalipsis 2:29).

La Biblia nos cuenta mucho acerca del Espíritu Santo:

Consuela, enseña (Juan 14:26), intercede por nosotros (Romanos 8:26), es testigo y da testimonio (Hebreos 10:15, Romanos 8:16). Además, se le puede mentir (Hechos 5:3), contristar (Efesios 4:30), resistir (Hechos 7:51).

Es completamente Dios

Además, siendo una persona, podemos tener comunión con él (2 Corintios 13:14), ¿Cómo? De la misma manera que con el Padre y el Hijo. No olvidemos que el Espíritu Santo es completamente Dios (Hechos 5:3-4) al igual que el Padre y el Hijo, ellos son Dios (no dioses).

Igualmente, la Biblia nos dice que el Espíritu Santo es eterno (Hebreos 9:14), es omnipresente (Salmo 139:7), omnisciente (1 Corintios 2:10, Isaías 40:13) omnipotente (Romanos 8:11). Estos son atributos divinos del Espíritu Santo.

Finalmente, «Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.» (Mt 12:31).

Dios te bendiga.

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