La Biblia es el libro sagrado por excelencia, sin errores ni contradicciones. Sus vitaminas nos nutren como ningún otro libro lo hace.
Todos los seres humanos vivimos tantas situaciones y emociones en nuestra vida, y por lo cual, no hay más sabia decisión que acudir a la Biblia para hallar ayuda y orientación.
Se dice que cada año se venden cien millones de copias de las Sagradas Escrituras, y no es para menos, es el libro más sorprendente que pueden palpar nuestras manos.
Además, leer sus páginas nos hace sabios para la salvación, igualmente, nos permite conocer la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios (Romanos 12:2).
Y aunque la Biblia es un tesoro invaluable, no puedes extraer sus perlas, diamantes y toda su riqueza si antes no la escudriña.
Así mismo, puedes sentir como te llenas de vida mientras viajas a través de sus páginas experimentando toda su belleza y sabiduría.
Importancia de la Biblia
En el libro de Hebreos 4:12, se menciona lo siguiente:
«Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.»
La Biblia es como una sofisticada brújula que guía al cristiano para llegar al destino correcto.
También se ha traducido a más de 2000 idiomas, logrando un alcance mundial imposible para cualquier otro libro. De esta manera, miles de personas tienen el privilegio de contar con la palabra de Dios.
Es por ello, que a cada momento se lee la Biblia, la palabra de Dios. Es difícil imaginar un momento en que no suceda.
Siendo el libro de mayor venta en el mundo, también es el que más ha sufrido ataques y persecución.
Son innumerables las atrevidas ocasiones en las que se ha intentado y de muchas maneras, acabar y desaparecer la voz de Dios.
Igualmente, ese número de veces han terminado fracasando y la Biblia sigue avanzando por el mundo mientras es preservada por su autor, Dios.
Ni los imperios con sus leones, muertes y amenazas han podido lograr un asomo en su maligno propósito contra la palabra de Dios.
Algunos guardan odio contra la Biblia, otros, entre tanto, se deleitan al ser transformados por ella.
Recuerdo la historia de miles de copias que estaban camino a la playa de un país donde estaban prohibidas las Biblias.
El gobierno descubrió el cargamento y se ordenó que fuera lanzado al mar.
Lo sorprendente fue que las Biblias, en lugar de hundirse, flotaban mientras las olas las llevaban a la orilla de la playa a la que debían llegar.
No necesito explicar lo que sucedió, ¿verdad?.
No existe hombre alguno, ciencia, tecnología e innovación que pueda extinguir la Biblia.
Hagamos memoria de las palabras de Isaías:
«Lo mismo sucede con mi palabra. La envío y siempre produce fruto; logrará todo lo que yo quiero, y prosperará en todos los lugares donde yo la envíe.»(55:11 NTV).
Al igual que Saulo de Tarso, antes de ser el apóstol Pablo, algunos perseguidores terminan teniendo un encuentro con Dios y comprendiendo que la Biblia no es un libro cualquiera.
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