La fragilidad de la vida es algo a lo que muchas personas no prestan atención, igualmente, ignoran que su existencia puede acabar en cualquier instante.
Es impresionante ver cómo muere gente a nuestro alrededor, personas que ayer saludamos y hoy ya no están.
Veamos lo que se dice la Biblia sobre esa fragilidad de la vida, de la existencia humana.
«¡Qué frágil es el ser humano! ¡Qué breve es la vida, tan llena de dificultades! Brotamos como una flor y después nos marchitamos; desaparecemos como una sombra pasajera.» (Job 4:1-2 NTV).
Igualmente, el Salmo 103:15-16, nos ilustra la corta vida del hombre:
«El hombre es como la hierba, sus días florecen como la flor del campo: sacudida por el viento, desaparece sin dejar rastro alguno.» (salmo 103:15-16 NVI).
Así es la pasajera vida del hombre, como una neblina que vemos y repentinamente, desaparece, como si nunca hubiera estado ahí.
Claramente, no importa la edad, sexo, riqueza o condición social, la vida se puede apagar sin que el hombre se haya preparado para una eternidad que nunca acaba.
Efectivamente, los creyentes no podemos olvidar esa fragilidad de la vida, además, estamos de paso, preparándonos para una eternidad, por esa razón, somos llamados a santificación (1 Tes 4:13).
El hombre no toma en serio la brevedad de la vida y la necesidad de abrazar la vida eterna en Jesús (1 Juan 5:11). Además, después de la muerte no hay oportunidad alguna.
Vida Eterna en Jesús
En 1 Pedro 1:24 (RVR60), el apóstol dice:
«Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae;»
La vida es como la hierba y la flor, en un momento vemos su esplendor, y en el siguiente instante, ya no existe, no hay rastro.
Los seres humanos sabemos nuestra fecha de nacimiento, sin embargo, no conocemos fecha de expiración.
Igualmente, las personas se preparan continuamente para sus planes, metas y proyectos, pero nunca para una eternidad.
El hombre sólo tiene dos caminos, en primer lugar, creer en Jesús y alcanzar la vida eterna, tal como lo dice la Biblia.
Y en segundo lugar, rechazarlo y pasar la tormentosa eternidad separado de Dios (Apocalipsis 20:11-15):
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» (Juan 3:16 RVR60).
Así mismo, «Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.» (Romanos 6:23 RVR60)
Ciertamente como una sombra es el hombre; Ciertamente en vano se afana;
Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá.
Pablo dice que lo que se ve es pasajero, entre tanto, lo que no se ve es eterno (2 Cor 4:18).
Si tú no eres creyente, busca a Jesús, tus días pueden acabar repentinamente.
De igual forma, si eres cristiano, pronto, como dice Pablo, podemos estar ausentes del cuerpo y presentes al Señor (2 Corintios 5:8).
Finalmente, sobre la fragilidad de la vida, Job dice:
«El hombre, nacido de mujer, corto de días y lleno de turbaciones, como una flor brota y se marchita, y como una sombra huye y no permanece.» (Job 14:1-2 LBLA).
Y el salmo 39:6, nos dice: «Somos tan solo sombras que se mueven y todo nuestro ajetreo diario termina en la nada.
Amontonamos riquezas sin saber quién las gastará.» (NTV).
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