La herencia es una corta historia para reflexionar acerca de nuestras vidas. Espero que te guste y lo puedas compartir.
Había hace muchos años un hombre que amaba a Dios de una manera muy especial. Era tan bendecido que poseía muchos bienes y negocios.
La mayor parte de su tiempo lo dedicaba a leer la Biblia y seguir los principios que allí encontraba.
Tenía también una hija, era su única familia. Ella estaba acostumbrada a tener todo cuanto necesitaba, nunca hacia nada productivo y malgastaba el tiempo con sus amigos.
Su padre, siempre la amonestaba para que se convirtiera en alguien de bien, capaz de valerse por sí misma. Sin embargo, ella ignoraba cada uno de sus consejos.
Un día aquel hombre enfermó, pasó el tiempo y su salud no parecía mejorar. Al cabo de unos días, de manera inexplicable, falleció.
La herencia
En el momento señalado, su hija, se presentó a la lectura del testamento. Una vez allí, lo único que su papá le había dejado como herencia era la Biblia que él mismo usaba, y sobre ella, una nota que decía: «Aquí encontrarás todo lo que necesitas».
Con todo esto, se veía muy molesta, no entendía como su papá la había dejado sin nada. Siempre veía en él a un hombre justo, así que, estaba confundida.
De todos modos, sin abrir sus páginas, tomó la Biblia, la guardó en su casa y se olvidó de ella.
Su vida siguió igual, no hubo cambio alguno, a pesar de la muerte de su padre.
Pasaron días, semanas, meses, y su vida se hizo más difícil. Así mismo, su salud se vio afectada; no tenía trabajo y sus amigos le dieron la espalda.
En consecuencia, estaba viviendo los peores momentos de su vida. Es por ello, que buscó solución a sus problemas, pero no la hallaba.
En ese momento, las palabras y consejos que su padre siempre le daba, sonaban en su mente, una y otra vez.
Entonces, decidió buscar la Biblia que había olvidado en algún lugar de la casa, y mirando entre sus páginas, pudo notar que había allí un pequeño sobre.
Para sorpresa de ella, eran números de algunas cuentas de banco que la hacían dueña de una inmensa fortuna.
Era la herencia que su padre le había dejado, y podía disponer de ella con la condición de que abandonara sus malos caminos.
Reflexión
¿Cuántas veces hemos vivido necesidades espirituales cuando la Biblia, la palabra de Dios, es todo lo que necesitamos?
No es necesario buscar en otro lugar lo que siempre tenemos a nuestro alcance.
Por ejemplo, la sabiduría que nos lleva a la salvación la hallamos en la Biblia. El apóstol Pablo, le dice a Timoteo: «y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.» (2 Timoteo 3:15).
De hecho, este libro que llamamos la Biblia, es el que nos prepara para toda buena obra (2 Timoteo 3:17).
Vídeo: El millonario que no tenía a Cristo
El Señor ha puesto su palabra a nuestro alcance, y a veces, como aquella hija, la ignoramos en algún rincón de la casa. Luego, la buscamos cuando hemos tocado fondo en nuestros malos momentos.
Olvidamos, muchas veces, que la Biblia es el alimento de nuestra alma. El salmista, por ejemplo, dice: «Porque tu ley es mi delicia.» (Salmo 119:77b).
Significa que no solamente nos alimenta sino que, además, podemos disfrutar su palabra.
Tal vez, a veces esperamos escuchar consejos de personas que ni siquiera conocen a Dios, ¿qué consejos nos pueden ofrecer?
Además, el salmo 119:24, nos dice: «Pues tus testimonios son mis delicias Y mis consejeros.»
Como ves, no creo que haya mejor consejero que las Escrituras. También puede usted ser más sabio que sus enemigos, nutriéndose de la palabra de Dios:
«Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos,
Porque siempre están conmigo.» (Sal. 119:98).
Que bueno ser un hombre sabio, una mujer sabia, pero no con la sabiduría del mundo, sino con la sabiduría de la palabra de Dios.
Esa palabra que alumbra nuestro camino e ilumina nuestros pasos como una lámpara que no puede ser apagada.
Finalmente, no necesitamos el consejo de los rebeldes ni la sabiduría del mundo. Ten por seguro que en la Biblia hay lo que tú y yo necesitamos: guía, conocimiento de Dios, promesas fieles, sabiduría, verdades dignas de confianza, etc.
«El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.»
¿Dónde está esa palabra? En la Biblia.
Mira la versión en video de este tema, aquí.
Te puede interesar: