Los libros apócrifos, ¿Son inspirados por Dios?, ¿Pertenecen a la Biblia?, ¿Cuáles son?. A través del tema resolveremos los interrogantes.
Existen algunas Biblias que contienen más libros que otras ¿por qué?. La Biblia Católica Romana tiene más libros en el Antiguo Testamento en comparación con otras versiones de la Biblia.
Son llamados libros apócrifos, una palabra que significa «oculto»,»escondido». Además, fueron escritos en el tiempo entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.
Sin embargo, los libros apócrifos no son aceptados como inspirados por Dios. Su contenido es dudoso, por esa razón, no pasan el filtro del canon de las Sagradas Escrituras.
La palabra «canon» se usa para señalar los libros que se consideran inspirados por Dios, y por lo tanto, pertenecen a la Biblia.
En primer lugar, los libros apócrifos tienen errores y contradicciones, que ya mencionaré más abajo de este tema. En segundo lugar, favorecen enseñanzas de la Iglesia Católica que no son aceptados por la Biblia.
Por lo tanto, los libros apócrifos fueron añadidos, y no quitados de la Biblia, como muchos consideran.
Por esta razón, leyendo algunos de ellos, se puede comprobar que no tienen relación alguna con la verdad de la Biblia.
¿Cuáles son los libros apócrifos?
Los libros apócrifos se conocen como: Sabiduría, Judit, Baruc, Oración de Manasés, 1 Esdras, 2 Esdras, 1 Macabeos, 2 Macabeos, Tobías, Carta a Jeremías, adiciones al libro de Daniel y Ester, etc.
¿Habla el Nuevo Testamento sobre los apócrifos?
En el Nuevo Testamento se hace referencia al Antiguo Testamento muchas veces, sin embargo, nunca hace mención alguna a los libros apócrifos.
Ciertamente, quiero señalar las citas bíblicas del Nuevo Testamento que aluden a los libros del Antiguo Testamento. Del mismo modo, comprobaremos que no se hablan de los apócrifos.
En Lucas 3:4, por ejemplo, se menciona el libro del profeta Isaías: «como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; Enderezad sus sendas.»
Igualmente, se puede comparar con Mateo 3:3 y 4:14
También se indica el libro de los Salmos, en Lucas 20:42a y Hechos 1:20a: «Pues el mismo David dice en el libro de los Salmos», «Porque está escrito en el libro de los Salmos: Sea hecha desierta su habitación,»
Así mismo, tanto Mateo 16:14 y 27:9, se hace referencia al profeta Jeremías: «Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.»
De igual forma, en Marcos 13:14a, se menciona a Daniel: «Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel,»
De manera similar, se aluden a los libros de Moisés: Éxodo, en Marcos 12:26; Levíticos y Deuteronomio, en Juan 8:5.
En Lucas 24:44, por ejemplo, Jesús se refiere al Antiguo Testamento citando solamente los libros de la ley de Moisés, los profetas y los salmos:
«Cuando aún estaba con ustedes, ya les advertí que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los libros de los profetas y en los salmos.»
El Nuevo Testamento también nos habla del libro de Oseas, en Mateo 2:15: «donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.» Comparar con Oseas 11:1
El Señor Jesús hace alución a Jonás: «Él respondió y les dijo: Esta generación mala y adúltera demanda una señal; pero no le será dada otra señal que la señal del profeta Jonás.» (Mateo 12:39).
Mateo 21:5 nos permite hablar del libro de Zacarías: «Decid a la hija de Sión:
He aquí que tu Rey viene a ti, Apacible, y sentado sobre un asna, Sobre un pollino, hijo de animal de yugo.» Mirar Zacarías 9:9.
Igualmente, podemos hacer referencia a Joel 2:28, desde Hechos 2:16: «Al contrario, aquí está sucediendo lo que anunció el profeta Joel, cuando dijo:»
De continuar, ciertamente, se nos alargaría el tema. Sin embargo, son lo suficiente para examinar que el Nuevo Testamento no hace referencia a los libros apócrifos, ni se mencionan a sus autores como profetas.
Errores y contradicciones de los libros apócrifos
Como dije antes, los apócrifos contienen errores y contradicciones. Además, algunos datos no son precisos.
Por ejemplo, en el libro apócrifo Judit 1:1 (DHH), se expresa lo siguiente: Cuando Nabucodonosor estaba en el año doce de su reinado sobre los asirios en Nínive, su capital, Arfaxad era rey de los medos en Ecbatana.
Si comparamos con lo que dice Jeremías 22:25: «Te entregaré en mano de los que buscan tu vida, y en mano de aquellos cuya vista temes; sí, en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y en mano de los caldeos.»
Y Daniel 1:1, nos dice: «En el año tercero del reinado del rey Joacim de Judá, el rey Nabucodonosor de Babilonia vino a Jerusalén y la sitió.»
Sabemos por Jeremías y Daniel, que Nabucodonosor era rey de Babilonia y no de Asiria, por lo tanto, la indicación de Judit es errónea.
Otras citas de la Biblia mencionan a Nabucodonosor como rey de Babilonia: 2 Reyes 24:10, 2 Crónicas 36:6, Esdras 2:1, Nehemías 7:6, Ezequiel 26:7, etc.
De igual forma, Tobías 12:9 (DHH) enseña que dar limosna purifica de pecado: «Dar limosna salva de la muerte y purifica de todo pecado. Los que dan limosna gozarán de larga vida.»
Claramente, es una doctrina que atenta contra la verdad de las Escrituras. La Biblia nos dice que Cristo es el que limpia de pecado.
Miremos con cuidado lo que dice 1 Juan 1.7 (DHH): «Pero si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces hay unión entre nosotros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.»
Vale la pena señalar las palabras de Tito 2.14 (RVR1977): «quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo de su propiedad, celoso de buenas obras.»
Cristo es el que limpia de pecado, y no el hecho de dar limosna. Así mismo, quiero citar Hebreos 1.3b: «habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,» De nuevo, es Jesús el Hijo de Dios.
Continuamos con otro de los apócrifos, Tobias 6:8 menciona una práctica pagana. Un supuesto ángel habla de quemar el corazón de un pez para ahuyentar espíritus malos.
Además, Jesús enseño que en su nombre se echaría fuera los demonios (Marcos 16:17), y no por acciones supersticiosas.
Así mismo, la Biblia condena todo acto de hechicería, y similares, lo dice en Deuteronomio 18:10-14. Igualmente, los que practican tales cosas tendrán un final señalado en Apocalipsis 21:8 y 22:15.
La iglesia primitiva y los apócrifos
La iglesia primitiva jamás aceptó los libros apócrifos como divinamente inspirados por el Espíritu Santo.
Josefo, por ejemplo, nunca cita los apócrifos como parte de las Escrituras. Además, el erudito Jerónimo, coincidió en que no son parte del canon
A pesar de que Jesús y los apóstoles nunca citaron dichos libros, en el Concilio de Trento en 1546, la iglesia Católica Romana los incluyó a su Biblia.
Finalmente, los libros apócrifos son de origen humano y pueden ser consultados para investigación. Igualmente, por los errores que contienen, no hacen parte de la Biblia.
Además, la palabra de Dios es infalible e inerrante, lo que significa que es confiable y no tiene errores.
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