Los salmos de la Biblia son sumamente hermosos, su lenguaje y poesía nos inspira cántico y adoración al Señor.
En los salmos, el libro más largo de la Biblia, hallamos una variedad de temas, lo que significa, que podemos encontrar salmos para cada necesidad.
Claramente, muchas son las personas que tienen una enorme preferencia por los salmos de la Biblia, de ahí, los salmos famosos como el Salmo 91, Salmo 23, Salmo 27, Salmo 51, Salmo 121, entre otros.
Así mismo, los salmos bíblicos transmiten grandes enseñanzas a nuestra vida, y verdades que armonizan con el resto de los libros de la Biblia.
Los salmos de la Biblia, como parte de los libros inspirados por Dios, contienen una riqueza infinita para el alma sedienta y necesitada de Dios.
También es importante mencionar que los salmos formaban parte importante en el culto de Israel, de igual manera, lo era en la iglesia primitiva.
Pablo, por ejemplo, exhortaba a los colosenses a cantar al Señor con salmos: «..cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.» (Colosenses 3:16b RVR60).
De manera similar, Efesios 5:19, dice: «hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;«.
Bien, como ya lo mencioné, diversos temas componen el libro más extenso de las Sagradas Escrituras. A continuación, hablaré de algunos salmos de la Biblia y sus capítulos.
Salmos de Protección en la Biblia
Salmo 91
Aquí es importante decir que las personas a veces sentimos miedo y preocupación por los peligros que hay a nuestro alrededor.
El Salmo 91, ciertamente, es uno de los salmos más conocidos y nos habla acerca de la protección y seguridad que hay bajo el amparo del Altísimo.
Existen fuerzas oscuras e invisibles que tienen como único propósito destruirnos, y por supuesto, poniendo la confianza en el señor, hallamos protección segura ante el lazo del cazador.
No olvidemos lo dicho por el apóstol Pablo: «Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.» (Efesios 6:12 RVR60).
Salmo 27
El Salmo 27, como ya saben, es otro de las salmos más bonitos. Igualmente, nos muestra al salmista David experimentando la mano protectora de Dios ante amenazas y circunstancias que son difíciles para cualquier persona.
Acerca de sus enemigos, David dice palabras como: «¿De quién temeré?«, «ellos tropezaron y cayeron«, «no temerá mi corazón«, además, expresa confianza en que el Señor «levantará mi cabeza sobre mis enemigos«.
Salmo 121
El Salmo 121 comienza su primer versículo con una pregunta que, seguramente, muchos se hacen en momentos de angustia:
«Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?«
El versículo dos nos brinda una inconfundible respuesta: «Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.», además, el siguiente versículo nos enseña que Dios siempre nos cuida y nunca duerme.
Finalmente, otros salmos de protección que puedes estudiar son: Salmo 5, Salmo 23, Salmo 34, Salmo 54, Salmo 64, Salmo 140.
Salmos de Agradecimiento
Salmo 103
En nuestro corazón no debe faltar la gratitud debida al Señor. Claramente, a Dios le debemos más gratitud de la que algún día podamos entender.
Del mismo modo, uno de los salmos más hermosos, el capítulo 103:2, nos dice: «Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.» (NVI).
¿Cuántos beneficios has recibido del Señor? ¡Muchos, verdad!
El Salmo 103 es un excelente recordatorio para nunca olvidar las infinitas bondades del Creador.
Además, el perdona mis pecados, restaura mi salud, así mismo, me rescata de la muerte, me corona de favores y tiernas misericordias (v. 4).
Salmo 118
El amor del Señor perdura para siempre, es lo que nos enseña el Salmo 118, debemos darle alabanza y gratitud porque él es bueno.
Salmo 100
En el mismo sentido, el Salmo 100 nos exhorta a darle gracias: «Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza; denle gracias, alaben su nombre.» (100:4 NVI).
Salmos de Alabanza
Salmo 145
La gratitud y la alabanza se relacionan mutuamente. Un corazón agradecido, siempre estará lleno de alabanza para su Señor y Salvador.
El capítulo 145 es un hermoso salmo de alabanza por la bondad de Dios. David nos dice en el salmo que Dios es digno de suprema alabanza, por lo tanto, le alaba cada día.
Ciertamente, todo lo que respira debe alabar al Señor (Salmo 150:6). Igualmente, el salmo 86:12, nos enseña a hacerlo con todo el corazón:
«Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón, Y glorificaré tu nombre para siempre.» (RVR1960).
Salmo 33
El Salmo 33 resalta lo hermoso y apropiado que es la alabanza en los labios de los justos e íntegros:
«Ustedes los justos, ¡alégrense en el Señor! ¡Hermosa es la alabanza de los hombres íntegros!» (Sal 33:1 RVC).
De la misma manera, en el Salmo 66 se relata la alabanza a Dios por sus obras y hechos:
«Aclamad a Dios, tierra entera, cantad la gloria de su nombre, tributadle gloria y alabanza. Decid a Dios: “¡Son admirables tus obras!”. Por tu gran poder tus enemigos se rinden.» (Sal 66:1-3).
Salmos de Fortaleza
Salmo 18
«fortaleza mía», es la expresión de David que hallamos tanto en el versículo uno como en el versículo dos. Verdaderamente, nuestra mejor fortaleza es el Señor.
A veces tenemos duras batallas en los que sentimos no poder más, ciertamente, Dios nos da esfuerzo y multiplica nuestras fuerzas cuando no tenemos ningunas (Isaías 40:29).
Salmo 46
El salmo nos recalca que el Señor es nuestra ayuda segura, además, enfatiza la protección y fortaleza que nos brinda:
«Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.» (v. 1).
Tan suficiente es la fortaleza del Señor que no importa que la «tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar.
Salmos de Misericordia
Salmo 107
Podemos tener la certeza y seguridad que la misericordia de Dios no es fingida, además de esto, perdura para siempre.
«Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia.» (Salmo 107:1 RVR60).
El creyente que ha experimentado la misericordia del Señor puede dar testimonio de tan sublime verdad.
Salmo 136
Así mismo, la misericordia de Dios alcanza para todos; en su misericordia, creó todas las cosas, hace maravillas, mostró su gran amor enviando a su Hijo Jesús para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16).
¿De qué maneras ha obrado la misericordia de Dios en tu vida?
De igual forma, como a veces olvidamos verdades tan valiosas, el Salmo 136 tiene 26 versículos, y cada uno, finaliza diciendo: «porque para siempre es su misericordia» ¡26 veces!
Para más salmos de misericordia, puedes mirar, por ejemplo, salmos importantes como el 117 y 123.
Salmos para Orar
Salmo 51
La oración es sumamente necesaria en nuestra vida, sin ella, no podemos pretender tener una íntima comunión con el Señor.
A veces nos sentimos de distintas maneras, que no encontramos las palabras para expresar lo que estamos viviendo.
Al igual que David, debemos ser humildes para reconocer y confesar nuestro pecado delante de Dios.
Así mismo, el arrepentimiento y la oración sincera produce una agradable frescura en el corazón.
A raíz de su pecado, David no soportaba más su sequía espiritual. Igualmente, su falta de arrepentimiento y confesión al Señor le hicieron sentir, como él mismo dijo más tarde, «Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día.» (Salmo 32:3 RVR60).
Y, «Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;» (Salmo 32:4a RVR60).
Es bueno orar y contarle a Dios todas mis angustias, mis preocupaciones y miedos. No se trata de impresionar a Dios con palabras finas y elegantes, recordemos siempre, él todo lo sabe y ningún detalle escapa a su conocimiento.
Salmo 22
«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?«, son palabras de Jesús en la cruz (Mateo 27:46) que hallamos en el Salmo de nuestra meditación.
Hay ocasiones en medio de las oraciones en los que tenemos esa sensación de que Dios nos ha abandonado.
Sin embargo, debemos considerar que nuestros pensamientos están equivocados y no son iguales a los pensamientos de Dios (Isaías 55:8).
Así mismo, y a pesar de los terribles momentos de Jesús en la cruz, la expresión «Dios mío, Dios mío«, nos enseña que el Señor es nuestro Dios.
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