Usados por Dios ¡Léelo ahora y comparte!

Cuando leemos la vida de hombres como Elías, Eliseo, Moisés, Daniel, Pablo y todos aquellos que fueron usados por Dios de una manera impresionante. Y conociendo todo lo que Dios hizo a través de ellos, nos preguntamos, ¿por qué Dios no me usa?

La verdad es que queremos ser usados como ellos, pero sin persecuciones. Si piensas que la vida cristiana es fácil, entonces, tal vez, no has comprendido lo que significa seguir a Cristo.

Tampoco deseamos amenazas, Elías por ejemplo, se escondió en una cueva, él sintió miedo por su vida. Recordemos que Jesús mismo dijo:

« Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.» Juan 16:33.

Algunos de los grandes hombres de Dios…»Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.» Hebreos 11:37-38.

Igualmente, eran hombres con su voluntad sujeta a la voluntad de Dios; el precio que algunos no quieren pagar, lo pagaron ellos hasta con sus propias vidas. ¿Quieres ser usado por Dios?

Así mismo, la comunión de estos hombres con Dios era muy especial. Jamás buscaron fama, en lugar de decir: Yo digo, ellos decían: Así ha dicho Jehová de los ejércitos.


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Ellos no oraban unas pocas palabras, tenían una vida de oración. Fíjate en Daniel, oraba tres veces al día, a pesar de ser un persona sumamente ocupada (Daniel 6:10). En el caso de Moisés, subía al monte y allí estaba un buen tiempo a solas con Dios.

Lo que anhelamos

Todos queremos ser usados por Dios, pero no tenemos comunión con él, no abrimos las páginas de la Biblia, no oramos; y en el peor de los casos, ni siquiera lo hacemos.

Anhelamos expresar las palabras que Pedro dijo al cojo: Levántate y anda (Hechos 3:6), sin, embargo, no entramos al templo a la oración.

Pasamos los días ocupados en nuestras cosas y no tenemos tiempo para Dios. Estamos conformes sin ningún compromiso con él.

Es nuestro deseo ser usados por Dios pero, ¿Qué hacemos? Nada, no oramos, no acudimos a la Biblia, no buscamos al Señor.

De hecho, muchas vidas son destruidas por el pecado y no permiten que Dios destruya el pecado.

¿Qué pasaría si Juan el Bautista estuviera hoy aquí, cuáles serían sus palabras hacía nosotros?

Usados por Dios

Algunas personas en la Biblia querían grandes cosas y alcanzaron la bendición cuando se comprometieron a buscar del Señor.

Ana, por ejemplo, era una mujer estéril cuyo mayor anhelo era ser madre y no fue posible hasta que buscó a Dios como nunca lo había hecho ( 1 Samuel 1).

También podemos hablar del profeta Elías, un hombre con debilidades semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviera, y no llovió durante tres años y seis meses (Santiago 5:17).

De igual manera, la vida de Daniel giraba en torno a la oración y esa comunión con Dios le hicieron el hombre más sabio de Babilonia y solicitado por el rey.

A veces buscamos entretenimiento antes que la presencia de Dios, además, pasamos más tiempo viendo la televisión que buscando lo verdadero.

De hecho, muchas veces olvidamos que Dios es galardonador de los que le buscan (Hebreos 11:6) y que ha preparado grandes cosas para los que le aman (1 Corintios 2:9).


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